Los juegos y las bromas son una magnífica oportunidad de respetar a los demás. Eso sí, siempre y cuando nos metamos en la piel de las personas con quienes estamos jugando o bromeando.

Si quien recibe la broma ya no se divierte, debemos parar. Si quien está jugando con nosotros ya no se lo pasa bien, debemos dejar de jugar. Si continuamos, corremos el riesgo de hacerle sufrir innecesariamente y de dañar su autoestima.

Demasiados casos de acoso escolar han empezado por no saber parar a tiempo, por ignorar el dolor de quien está sufriendo y por no tener en cuenta los sentimientos ajenos.

Un buen ejemplo de todo esto ocurrió en nuestra clase. Un alumno cubano, Dayron, se incorporó a medio curso. Por el simple hecho de ser diferente, algunos se metieron con él y otros nos quedamos de brazos cruzados. Suerte que al final supimos denunciar la situación. Así vivió la Pandilla cuanto ocurrió. Espero que aprendáis de nuestra experiencia. Por lo menos para evitar que suceda de nuevo en vuestra escuela.

Respeto a los demás (Bullying) from ACB NEXT on Vimeo.